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Australia y Oceania

Musica, Cantos y Danzas de la Polinesia

Cook dice en su diario: «Las jóvenes, siempre que se juntan 8 ó 10, bailan una danza muy poco decorosa, el timorodee, llevando el compas con gran precisión al tiempo que entonan canciones y realizan gestos sumamente obscenos en cuya práctica se ejercitan desde su más tierna infancia»; otra antigua danza tahitiana era el upa-upa, danza en pareja y de connotaciones claramente eróticas.

Danza-polinesiaEn una cultura de tradición oral, la danza era un modo de expresión muy importante. Todo el mundo podía bailar, hombres, mujeres, niños, mahus, e incluso personas de rango -a condición que la danza estuviese a la altura de su rango-. Algunas danzas sólo eran ejecutadas de noche, y en otras había que bailar desnudo. Los arioi eran lo que se podría llamar profesionales de la danza.

Los misioneros prohibieron las danzas por ‘paganas’ e ‘indecentes’. Gracias a dios, a partir de la década de 1950, las danzas tahiatianas han visto un resurgimiento cada vez más acentuado, y hoy en día hay multitud de grupos de danza. Asociado al resurgir de Ori Tahiti está el nombre de Madeleine Moua y su grupo Heiva.

 

 

La danza tahitiana u Ori Tahiti no es un folklore, sino uno de los pilares más vivos y representativos de su cultura.

 

La OTEA era una danza en principio reservada a los hombres, aunque hoy hay oteas mixtas y femeninas; de carácter guerrero, se acompaña sólo de percusión, y se baila en filas; los pasos masculino y femenino son totalmente diferentes: el principal de los hombres es el paoti, que consiste en flexionar las piernas y juntar las rodillas; en las chicas, es el vivo movimiento de las caderas, provocado por la flexión alternativa de las rodillas (tamau, ami), con múltiples variantes (fa’arapu, varu, fa’atere).

 

La otea se suele bailar en ambos sexos con el more, la falda de fibra vegetal, hecha de fibra de purau; en los hombres, el more llega hasta un poco más abajo de las rodillas; en las chicas, hasta los talones.

 

La APARIMA es una preciosa danza mimada, una naracción danzada en la cual el movimiento de las manos, que juega un gran papel, interpreta la historia cantada, en general sobre temas de la vida cotidiana, con acompañamiento de tambores, guitarras y ukeleles.

 

Las chicas suelen bailar la aparima con un pareo atado a la cintura., y coronas y collares de flores en la cabeza y cuello.

 

La PAOA es una danza ligada a la fabricación de tapa. Los bailarines sentados en semi-círculo acompañan a un solista vocal dándose palmadas en los muslos, mientras una o varias parejas se levantan y bailan.

El HIVINAU se baila en dos círculos concentricos de hombres y mujeres. ‘Hivinau’ proviene de la expresión inglesa ‘Heave now’.

El Toere, elemento esencial de la orquesta, es un tambor sin membrana tallado de una pieza de madera, cilíndrica, hueca y con una hendidura a lo largo de todo un lado; el origen de la madera y el tamaño del toere establecen su sonoridad (no suelen superar los 80 cm. de largo); su fabricación es artesanal, y se toca con una o dos baquetas de madera; una orquesta suele componerse de varios toere de diversos tamaños.

Otros tipos de tambores son el faatete, tambor de una sóla membrana y el pahu, o tambor de membrana doble.

Hoy en día hay muchos grupos de danza, que se pueden disfrutar no sólo en Tahiti: entre los más importantes destacan: Coco’s Temaeva, Heikura Nui, Tamariki Poerani, Ahutoru Nui, O Tahiti E, Les Grands Ballets de Tahiti, Fenua, y muchos otros.

Los HIMENE -cantos polifónicos- son también particulares de Polinesia Francesa, mezcla de canciones polifónicas polinésicas anteriores a la llegada de los europeos e himnos religiosos protestantes: sus formas actuales son el himene tarava, himene ruau y el ute.

El himene tarava y el himene ruau contribuyen a perpetuar las leyendas maohis. Este último se canta en un tiempo lento por un coro de ambos sexos sentado en semicírculo ante un director o ra’atira himene; el coro, formado por varias filas, se divide en solistas y coro.

El himene tarava es más complejo: como mínimo el coro debe tener 80 personas.

El ute es una canción improvisada por unos o dos solistas con un coro de varios instrumentos: ukelele, guitarra, etc; sus temas suelen ser situaciones de la vida cotidiana.

Otra parte importante de las tradiciones tahitianas es el ‘ORERO: el ‘orero no es solamente maestro en el arte de la palabra: por su educación en todos los dominios del saber, son también la garantía de trasmisión de todos los conocimientos tradicionales.

En las Islas Marquesas, las danzas son muy diferentes: el Haka manu, que imita los movimientos de un pájaro, y la danza del cerdo. La vestimenta marquisiana es también más sobria, a base de materia vegetal.

En las islas Tuamotu, y en toda Polinesia francesa, es también muy popular la música Kaina, a base de ukeleles y guitarras, ligada, entre otros, a los nombres de Marie Mariterangi, y su hermana pequeña Emma.

 

 Heiva y Tahití

La mayor reunión de cantos y danzas de las islas se desarrolla durante el HEIVA I TAHITI (hasta 1984 denominado Tiurai) que se celebra durante tres semanas en el mes de julio.

Tradicionalmente se inicia con las escuelas de danza, y luego los concursos de cantos y danzas: tradicionalmente, estos dividían hasta hace poco en dos categorías: profesional (Hura Tau) y amateur (Hura ava Tau) (para acceder al primero era necesario ganar el segundo). Además del mejor grupo en ambas, se premian también, y es muy popular, la mejor bailarina y bailarín, la mejor pareja, la mejor orquesta de percusión y el mejor vestuario.

También se premia el mejor himene ruau, el mejor himene tarava, el mejor himene tuki y el mejor ute.

La mayor parte de los grupos más conocidos de Polinesia francesa han ganado el Heiva en una o varias ocasiones: Temaeva, Tamarii Papara, Heikura Nui (que ha ganado también en numerosas ocasiones el premio a la mejor orquesta), O Tahiti e, Ahutoru Nui, etc.

 

 

Mis grupos de danzas favoritos

 

TAHITI HERE – El grupo de danza al que está dedicado está pagina, que bailó mi primera noche en Tahiti, Tahiti Here es una asociación sin ánimo de lucro creada en 1996 por Manoela Largo-Teiri y cuyo objetivo s promocionar el baile polinesio en todas sus formas, además de su cultura y tradición. Participo en el Heiva 1999 y más tarde en numerosos intercambios culturales internacionales.

 

HEIKURA NUI – El grupo que dirige Iriti Hoto, ganador del heiva i Tahití en varias ocasiones y varias más del premio a la mejor orquesta.

TAMARI ANUHI NO PUEU – Grupo de danza de Tahití Iti, dirigido por Istella Lehartel (Mamie Stella), ganador en varias ocasiones, de 1994 a 1997, del premio al mejor vestuario del Heiva, y en 1997 tambén del Hura Ava Tau (amateur).

 

AHUTORU NUI – Grupo de danza que dirige Anthony (Coco) Tirao, ganador del Heiva en 2001 y de varios premios más.

 

HITIREVA – Joven pero muy prometedor grupo de danza creado en 2006 por Kehualany Chanquy, bailarina polinesia con experiencia en varios grupos. Ganador del Hura Tapairu 2008 y del Heiva i Tahiti 2010.

NOHOARII – Creado en 2006 por Xavier Nonoha para el Hura Tapairu.

 

Historia y orígenes de la Polinesia

Polynesian BeautyA pesar de las teorías indias de Thor Heyerdhal, parece claro que los polinesios descienden de pobladores del sudeste asiático, que se establecieron al norte de Nueva Guinea y las islas de Micronesia, hace unos 3.500 años (la cultura de la Lapita), y de aquí colonizaron Fiji, hacia el 1.300 a.C., y muy poco después Tonga (hacia el 1.200 a.C), y Samoa (hacia el 1.000 a.C.), y aquí se detuvieron.
La siguiente ola de migración pasó a Tahití y sus islas y se estableció en las Marquesas, hacia el 300-600 d.c. De aquí, un poco más tarde, colonizaron Tahiti y sus islas, Hawaii y la isla de Pascua. La última tierra en ser colonizada fue Nueva Zelanda, hacia el año 1.000.
Raia’tea fue la primera isla del archipiélago de la Sociedad en ser habitada, hacia el 800-830 d.c.; el marae de Taputapuatea es el mayor y más importante marae de toda Polinesia francesa, y cada nuevo marae tenía que tener una piedra de él. Pero la mayor colección de maraes se encuentra al norte de la cercana isla de Huahine, con una antigüedad de unos 1.100 años.
A sí mismos, se dan el nombre de mao’hi (maori en Nueva Zelanda). Navegando en canoas dobles de madera, de velas de pandano, con mujeres y niños, plantas, perros y cerdos, estas gentes colonizaron Tonga y Samoa, las Islas Marquesas y Tahiti y sus islas, guiándose por el sol y las estrellas, en una fantástica epopeya de navegación.

A la llegada de los europeos, desconocían los metales. Antaño, tenían un dios principal (Taaroa, y después, Oro), y multitud de dioses menores. Tanto el culto como toda la vida giraba en torno a los maraes, meaes en las Marquesas, hechos de bloques superpuestos de roca o coral; algunos eran construcciones impresionantes: en ellos tenían lugar también los nacimientos, bodas, entierros… Los árboles que rodeaban los maraes eran a menudo sagrados. Aparte de los maraes, los polinesios adoraban a los tikis, estatuas de piedra, madera o coral, representaciones de los dioses.

La población se dividía en tribus, y se componía de tres clases: Arii, o realeza, Raatira, la aristocracia, y Manahune, la gente común (de ellos se hacían los sacrificios humanos). También había una clase de actores-comediantes que iban por todas las islas: los Arioi, que no podían tener hijos, y entre los cuales estaba muy difundido el infanticidio.

EPOCA EUROPEA

Las Islas Marquesas fueron las primeras en ser ‘descubiertas’ por los europeos: por el explorador español Alvaro de Mendaña, en 1.595. El archipiélago de las Tuamotu fue avistado ya por el holandés Le Maire en 1616, y la primera isla del archipiélago de la Sociedad, Maupiti, fue descubierta en 1722 por el también holandés Roggeveen.

Samoa central in Polynesian
Tahiti fue ‘descubierta’ por el inglés Wallis, en 1767, en una expedición conjunta con Carteret. El navío de Wallis, el Dolphin divisó Tahiti una neblinosa mañana del 18 de junio de 1767, y atracó en la bahía Matavai, al norte de la isla; desgraciadamente, un cuarto de la tripulación estaba enferma de escorbuto, incluido el propio Wallis, y no entendieron bien las intenciones de los nativos, lo que llevó a una descarga de los cañones del Dolphin. Wallis llamó a la isla Isla del Rey Jorge, y la reclamó para Inglaterra.

Menos de un año después, en Abril de 1768, el navegante francés Jean Antoine de Bougainville, en un viaje alrededor del mundo, al mando de sus dos barcos, L’Etoile y La Boudese, echaba el ancla en la laguna aledaña a Hitiaa, al E de la isla. Bougainville, hombre mucho más culto que Wallis, no tuvo ningún problema con los nativos, sino todo lo contrario: ‘los tahitianos nos presionaban a escoger a una mujer e ir a tierra con ella, y en sus gestos, no ambiguos, se denotaba la manera en que teníamos que hacerlo’. Bougainville llamó a la isla Nueva Citérea, en honor al lugar de nacimiento de la diosa del amor Afrodita, y la reclama para Francia. Problemas con las anclas (perdieron varias) limitaron la estancia de Bougainville a nueve días.

Ambos iban a quedar eclipsados cuando, una año más tarde, otro navegante echó el ancla en la bahía Matavai en abril de 1769. En tres viajes al Pacífico entre 1769 y 1779, James Cook dejó aquel totalmente explorado.

Cook arribó a Tahiti en 1769, a bordo del H.M.S. Endeavour, para medir el paso del planeta Venus a través del sol, acompañado por naturalistas de la talla de Joseph Banks y Samuel Solander. Su estancia se prolongó durante tres fructísimos meses, en los cuales hicieron un gran catálogo de las plantas y animales de la isla, y descripciones de la sociedad y costumbres polinesias. Las relaciones con los nativos fueron cordiales, a pesar de la inclinación de los nativos a robar toda clase de objetos. Cook era un excelente navegante. En el viaje de vuelta, descubrió y cartografió completamente las dos islas de Nueva Zelanda.

El español Boenechea arribó a las costas de Tautira, en Tahiti, en 1772 y 1775, pero con escaso éxito. Cook volvió a Tahiti en dos ocasiones más, en 1773-4 y 1777-9, antes de morir en un malentendido con los nativos en las islas Hawaii.

Más de diez años pasaron en Tahiti hasta que otro navío europeo arribase a sus costas. El famoso capitán Bligh, a bordo de la Bounty, llegó en 1788 , con la misión de recolectar la fruta del árbol del pan. Imposibilitado de pasar el cabo de Hornos, hizo ruta por el este, con el resultado de llegar a la isla, tras un penoso viaje, pasada la época de recolección. Forzado a permanecer seis meses en la isla, muchos de sus tripulantes, incluido el primero de a bordo, Fletcher Christian, se unieron a nativas. Una vez la Bounty se hizo a la mar, y al pasar por las islas Tonga, la tripulación del navío se rebeló.

polinesia historia
En 1797 llegaron a Tahiti los primeros misioneros de la London Misionary Society. Hasta Cook, los navegantes se habían cuidado mucho de meterse en los asuntos de la isla, respetando el equilibrio de los distintos jefes, pero desde la Bounty fue distinto: Pomaré II, con el apoyo de los misioneros, se hizo con el control de las islas, abandonó la religión primitiva y adoptó la cristiana.

Pero el monarca más importante de Tahiti fue una mujer: la reina Pomaré IV, quien reinó de 1827 a 1877, y se las arregló para obtener lo mejor de franceses e ingleses, sin casarse ni con unos ni con otros.

En 1840-42 los franceses se hicieron con el control de las islas y fundaron un protectorado. Finalmente, en 1880-88, durante el reinado de Pomaré V, hijo de Pomaré IV, las islas de Tahiti fueron anexadas a Francia.
En la actualidad, Polinesia Francesa cuenta con un amplio estatuto de autonomía, que le permite ocuparse de sus asuntos internos.

Fauna de la Polinesia

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FAUNA

La fauna de las islas de Polinesia francesa es pobre en especies, debido a la lejanía de las islas con respecto a las masas continentales.

 

FAUNA terrestre

ChiefsWithKuri1828-El Kurī es el nombre maorí para el perro polinesio En Polinesia no hay mamíferos autóctonos. Perros y cerdos fueron introducidos en las islas por los primeros polinesios, y las ratas vinieron con los exploradores europeos. Los caballos y cabras fueron introducidos en las islas Marquesas por los franceses el siglo pasado.

La variedad de reptiles es también escasa. Destaca un gecko amarillento e inofensivo. En Polinesia no hay serpientes.

 

 

En cuento a insectos, hay mosquitos, avispas, escolopendras, y, en las Marquesas, el nono, una especie de mosquito muy molesto.

FAUNA aviar

En las islas de Polinesia si hay una buena variedad de aves, la mayoría marinas; en los atolones, muchas anidan en el suelo. Antiguamente, las plumas de ciertas aves tenían un carácter sagrado. Las aves marinas incluyen golondrinas de mar, fragatas (grandes aves negras de alas largas y estrechas, muy voladoras, y piratas), alcatraces y faetones, con largas plumas blancas en la cola, muy apreciadas. En el atolón de Tikehau, la protegida isla de los pájaros es el hogar de muchos de ellos.

También hay varias especies de aves terrestres y pájaros, la mayoría de ellas endémicas, sobre todo en las islas Marquesas y en las Australes.

 

FAUNA de las lagunas, arrecifes y marina

Los arrecifes de coral, abundantes en Polinesia, son hábitats únicos, que dan cobijo a varias especies. Los corales son animales primitivos en la escala evolutiva, polipos que van formando poco a poco por agregación de carbonato cálcico, los arrecifes con sus esqueletos. Los corales tienen tentáculos urticantes, por lo que no se debe andar descalzo sobre ellos. Entre los corales más comunes hay madréporas, acróporas, Porites, Millepora (corales de fuego), etc. Los corales son muy sensibles y su importancia en el ecosistema, vital.

Los arrecifes de coral son el hogar de muchas especies de cangrejos y moluscos. Entre los cangrejos, hay cangrejos ermitaños, y destaca el cangrejo de los cocoteros, en las Tuamotu, de gran tamaño, que se alimenta de cocos, y el terrestre, plaga que infesta los cocotales cavando una red de túneles.

Los moluscos son unos animales muy abundantes en las aguas polinesias; a destacar, la ostra polinesia, de la cual se saca la perla negra, producto típicamente isleño, pero en sus aguas también se dan tridacnas, conos, Murex, Cypraeas, Terebras, etc… Muchas conchas son utilizadas en la artesanía: collares de conchas, etc. En las aguas de Polinesia viven también equinodermos: varias especies de erizos de mar, en las cavidades del arrecife, y la holoturia.

 

 PECES

En los arrecifes y lagunas de Polinesia hay amplia variedad de peces, pero menos de lo que se podría pensar, debido a la lejanía de las islas con respecto a las masas continentales.

POLYNESIA

En los arrecifes y lagunas rondan varias especies de tiburones: el tiburón gris de arrecife (raira), de 2m. de largo, afilado y poderoso, abundante cerca de los canales; el tiburón limón, se mueve cerca del fondo, y puede ser agresivo; el tiburón de aleta blanca de arrecife, de 3m. de largo, corriente en las islas Tuamotu; y el tiburón de aleta negra de arrecife y de aleta blanca de laguna (mamaru), pequeños, inofensivos, se encuentran en lagunas y canales. Ocasionalmente, según la época del año, se encuentran tiburones tigre y tiburones martillo.

Entre las rayas, destaca la raya armada, armada de una fila de dientes agudos, que suele enterrarse en el fondo, y la raya leopardo, de menor tamaño, pero más peligrosa, debido a su aguijón. La tercera especie es la manta raya, inofensivo filtrador de plancton que puede alcanzar 4m. de anchura, gran nadadora, de dorso azulado y vientre blanco, y gran boca filtradora rodeada de dos salientes.

Y entre los peces de los arrecifes y las lagunas, hay morenas, ocultas en las anfractuosidades del coral, napoleones, meros, peces cirujano, peces mariposa, peces payaso y damiselas (que viven entre los tentáculos venenosos de las anémonas, en simbiosis), lábridos limpiadores, y peces loro, que rompen el coral con sus picos, etc. El pez piedra, disimulado en el fondo, debe ser evitado por su picadura muy venenosa.

Flora de la Polinesia Francesa

FLORA

La exuberante vegetación de estas islas del Pacífico se compone de muchas especies, varias de ellas de introducción ‘humana’, entre las cuales destacan:

 

  • Cocotero (Cocos nucifera): el árbol esencial de Polinesia: supuestamente introducido por los primeros polinesios, tiene muchos usos: desde el tronco, con el cual se construyen postes y pilotes; las hojas, trenzadas, originan desde cestos a esteras, o sirven para cubrir viviendas; las fibras del coco trenzadas dan cuerdas resistentes, el agua estéril del coco joven sacia la sed, y de su pulpa se saca la leche de coco, ingrediente esencial de la cocina polinesia; la rica pulpa del coco maduro es comestible, y secado, origina la copra, de la cual se extrae el aceite de coco, que se usa para hacer monoï.

 

  • Árbol del pan (Artocarpus altilis): los europeos lo bautizaron así al ver que los polinesios hacían de él el mismo uso: su fruta blanca es básica en la cocina polinesia, de la que se hace una pasta muy nutritiva. La corteza se utilizaba antaño para hacer tapa.

 

  • Bananier (Musa sapientum): sus verdes y enormes hojas se utilizan para cubrir los alimentos que se cocinan en el horno tahitiano. Una variedad es el fei, cuya fruta no puede ser consumida cruda.

 

  • Banian (Ficus prolixa): este arbol, indígena del Pacífico, crece en casi todas las islas altas y posee numerosas raices aéreas densamente entrelazadas.. Antaño, sobre todo en las Marquesas, algunos eran tapu, y bajo sus raices se depositaban los restos de los muertos.

 

  • Mango (Mangifera indica), muy cultivado en Polinesia, con muchas variedades; su tronco se usa para hacer canoas.

 

  • Mape (Inocarpus fagiferus), árbol sagrado, agrupado en plantaciones junto a edificios religiosos. Su fruto, comestible, se parece a una castaña.

 

  • Miro (Thespesia populnea): su madera es muy apreciada en la artesanía y la escultura, y sirve tambien para la fabricación de toere.

 

  • Noni (Morinda citrifolia): el fruto de este árbol, de forma de pera rugosa, tiene multitud de propiedades medicinales; crece y se cultiva sobre todo en las Marquesas.
  • Pandano: este árbol, con una talla de cinco a siete metros, se reconoce fácilmente por sus raíces aéreas; sus fuertes hojas trenzadas se utilizan para techar; su flor se llama hinano; se da las islas altas, hasta 800 m., y en los atolones.

 

  • Tamanu (Callophyllum inophyllum): la madera de este arbol, de tono pardo rojizo, muy resistente e imputrescible, era utilizada en la fabricación de canoas o, todavía hoy, en la escultura, y para la fabricación de toere; y de su fruto se obtiene un aceite con multiples virtudes medicionales, muy apreciado.

 

  • Frangipani (Plumeria acuminata): este arbusto tiene flores blancas con centro amarillo, muy olorosas (con ellas se hacen cornonas y collares).

 

  • Hibisco (Hibiscus rosinensis): muy extendido, tiene flores muy olorosas de varios colores, generalmente amarillo-naranja.

 

  • Purau (Hibiscus tiliaceus): muy ampliamente extendido, sus ramas tienen forma irregular; sus amplias hojas con forma de corazón se utilizan en el horno tahitiano, su corteza, en forma de hilos, sirve para colgar peces de las agallas, y, sus fibras para hacer more, la tradicional falda de fibra de baile polinesia.

 

  • Tiare (Gardenia taitensis): arbusto cuya hermosa y olorosa flor color blanco nieve, de seis pétalos o más, es el emblema de Polinesia. La gente la viste en el pelo, y con ella se hacen collares de flores.

 

  • Auti o Ti (Cordyline fructicosai): esta liliacea tenía antaño caracer sagrado y era plantada cerca de los edificios religiosos.

 

  • Taro (Colocasia esculenta): su rizoma rojo-púrpura es muy apreciado en Polinesia.

 

  • Vainilla (Vanilla tahitiensis). Esta orquídea, cuyo fruto de 20 cm. da el inconfundible sabor, se cultiva todavía en varias islas.

 

 

Hay asímismo muchas flores introducidas: bougainvileas, ginger , heliconias, y multitud de frutas, más o menos exóticas en occidente: papayas, piñas, pomelos, etc.

 

Algunas Fotografías:

Gente de Polinesia

 

aloha alohaLos Polinesios son muy buena gente. Tienen un sentido de la hospitalidad muy acusado, que hará muy agradable tu estancia en las islas. Al llegar, te ofrecerán un tiaré, una hermosa y olorosa flor blanca, de seis o más pétalos, emblema de Polinesia, y en todas las islas te recibirán con una corona de flores. Cuando te vayas, te despedirán con un collar de conchas.

 

Los polinesios son de raza oriental (como chinos, malayos y japoneses), aunque con caracteres atenuados. Son gente de cuerpo robusto, piel algo oscura, pelo negro, con cierta tendencia a la obesidad. Tienen tendencia a facciones hermosas, cuerpo bien formado, y, en los hombres, musculoso. Las mujeres tienden a ser muy hermosas. Suelen llevar el pelo negro liso o ligeramente ondulado, largo, por debajo de la cintura, y perfumado con monoï. Si te enamoras de una, estás perdido.

bailarina

Ambos sexos cuidan mucho su forma física: son gente muy limpia, se bañan varias veces, y cuidan su cuerpo con monoï: aceite de coco macerado con la flor de tiaré, uno de los mejores productos de belleza que se conocen.

Tahiti y sus islas es el país de las flores. El emblema de Tahiti es el Tiaré, la pequeña, hermosa y olorosa flor color blanco nieve de la Gardenia taitensis. La gente suele llevarla sobre la oreja, y las mujeres realzan su extrema belleza con una corona de flores en el pelo. Al llegar, recibirás un collar de flores. Pero en Tahiti hay muchas otras flores: la gran flor roja del Hibiscus, que muchas mujeres llevan en la oreja, la olorosa flor del frangipani,… Las flores se usan mucho también en la decoración.

La vestimenta de los polinesios raya en lo informal: camisetas y shorts, y suelen ir descalzos. En las mujeres es muy frecuente el vestido tahitiano, con multitud de formas y colores, muy utilizado en todas ocasiones, sobre todo para bailar, como uniforme de trabajo, etc. Prenda también típica de la zona es el pareo, pieza de tela unisexual, de 1’80 x 90 cm., que la gente viste de muchas maneras; la mayoría proceden de Asia, pero cada vez hay más pareos tahitianos pintados a mano con preciosos motivos; las chicas suelen bailar la aparima con una corona de flores y un pareo atado a la cintura, descalzas.

Atele

El Clima y el Tiempo de Polinesia Francesa

CLIMA

Polinesia francesa, situada entre el ecuador y el trópico de Capricornio, tiene un clima tropical húmedo, con dos estaciones: la húmeda (verano austral, nov. a abril), muy lluviosa y con temperaturas más altas – y la seca (invierno austral), con pocas lluvias y temperaturas algo más frescas; en ella es corriente que sople el maraamu, viento del SE, que refresca el ambiente.

Los ciclones son un fenómeno corriente en Polinesia francesa.

 


 

Ejemplo de la Predicción del Tiempo en Tatakopo, Polinesia Francesa:

 

 

 

Mapa de las islas de la Polinesia Francesa

 

 

 

 

 

Mapa de la Polinesia Francesa

 

Las islas de Polinesia francesa son todas de origen volcánico, surgidas de la dorsal del Pacífico central. En los archipiélagos nos encontramos con dos tipos de islas: las islas altas, rodeadas de un arrecife de coral, y los atolones, evolución natural de éstas, donde, tras la subsidencia total del volcan original, sólo permanece el arrecife.

Las islas aparecen como volcanes que emergen del fondo del mar. Alrededor de ella se va formando un arrecife de coral, que forma una laguna interior (Tahiti y Mo’orea son un buen ejemplo). Poco a poco, ese arrecife de coral va creciendo, mientras que el volcán se va hundiendo, entrando agua en la caldera (Bora-Bora y Maupiti), hasta que al final la isla desaparece del todo y sólo queda el arrecife: el atolón.

Las islas Marquesas (con una edad de 6’3-1’3 m. años) son todas islas altas, que carecen de una arrecife de coral, y son de difícil acceso. Su flora y fauna difiere poco de la de los demás archipiélagos. Hay además aquí caballos y cabras, introducidos por los franceses.

En el archipiélago de la Sociedad, se da una gradación: de Tahiti y Mo’orea, islas jóvenes (2,5 a 3 m. años, sobre 1 m. Tahiti Iti), a Bora-Bora y Maupiti (3-4 m. años), islas ya más avanzadas en el proceso. En las Tuamotu, todo son atolones, salvo una excepción, la isla de Makatea.

Bora bora la perla del Pacífico

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La primera sensación que se impregna en nuestra retina al aterrizar sobre el motu del aeropuerto de Bora Bora, situada a 270 km desde Tahití, es que tiene la laguna más hermosa del mundo. El buceo en estas aguas limpias y cálidas es una experiencia sublime, entre miles de peces multicolores que se divierten rozando, curiosos, a sus invitados.

bora bora hotel hilton
Bora Bora es una joya posada en el azul del Pacífico, una isla romántica en cuyo seno cada hotel supo crear un paraíso privado para acoger a las parejas en su luna de miel. Los exclusivos bungalows son remansos de intimidad, perfectos miradores desde donde observar el atardecer reflejado en el monte Otemanu y la caída del sol en la inmensidad del horizonte oceánico.

Por qué visitar Bora bora?

Los esplendores de la laguna Bora Bora es una isla volcánica que surge sobre una de las lagunas más hermosas del mundo. Numerosos islotes paradisíacos emergen de sus transparentes aguas.

 

La isla romántica
Bora Bora es la isla romántica por antonomasia para las parejas en luna de miel. Aquí pueden celebrar una boda tradicional tahitiana, no reconocida legalmente, pero igualmente mágica.
El desayuno llega en canoaLos bungalows sobre las turquesas aguas de la laguna ofrecen un servicio de hostelería impecable. Lo mejor: el desayuno que llega a bordo de una piragua.
Lagoonarium
En el mayor acuario al aire libre de Tahití y sus islas se puede acariciar a las mantas gigantes y admirar la infinidad de peces que pueblan sus ecosistemas, también seguir sus fantásticas evoluciones.
Hawaiki Nui Va’a
Bora Bora constituye la última etapa de la competición de piraguas más importante del Pacífico Sur, Hawaiki Nui Va’a, celebrada todos los años en octubre.
Una gastronomía refinada.
Mezcla de platos franceses e internacionales y las especialidades tahitianas, al ritmo hechizado de cantos y danzas tradicionales.

Visitas por Bora bora

Considerada la más hermosa del mundo, la laguna de Bora Bora es una piscina natural multicolor y luminosa en la que todos pueden disfrutar de sus preferencias náuticas y tomar baños de sol únicos en las playas de arena blanca o en los motu diseminados por las aguas cristalinas de la laguna.
• Ceremonia de boda polinesia
El eco sobre las aguas del ruido envolvente y rítmico de los tambores, los gritos salvajes de un guerrero, la suave danza polinesia interpretada por las mujeres en la arena y los extraños encantamientos del tahua salmodiando las fórmulas rituales sagradas de antaño son algunos de los ingredientes de una ceremonia de boda tradicional.

Aunque carece de valor legal, el Tiki Téâtre Village y algunos hoteles internacionales invitan a vivir este momento lleno de emociones en un marco incomparable.
• El mini Heiva
De tradición oral, la cultura de Tahití y sus islas se ha transmitido de generación en generación. Todavía hoy está muy viva, y sus principales expresiones tienen lugar durante el mes de julio, cuando Bora Bora se vuelca en el festejo del “Heiva”. Se celebran numerosos actos culturales y deportivos: concursos de lanzamiento de jabalina, levantamiento de piedra, carreras llevando frutas, carreras de piraguas, concursos de cantos y danzas en los que participan los mejores danzadores de la isla.

 

TOUR de la ISLA

Vaitape

Está comunicado por el único paso de la isla, Teavanui, bordeado por el encantador islote Motu Tapu, lugar donde se rodó “Tabú” de F. Murnau y que durante un tiempo se convirtió en refugio del gran explorador Paul EMile Victor. La plaza principal de la ciudad ha sido bautizada como Plaza Alain Gerbault, debido a la presencia de la tumba en forma de marae – con tres gradas de guijarros- de este ilustre navegante de principios de siglo que convirtió a la isla en su tierra adoptiva.
La carretera hacia el norte conduce a la punta Farepiti que abarca la profunda bahía de Faanui; el pueblo, del mismo nombre, fue la cuna de la antigua familia reinante, lo cual explica la presencia de varios marae alrededor de la bahía. En la punta Farepiti se pueden observar también las piedras esculpidas (los tiki de piedra gigante) del marae real Farerua, también llamado Marotetini.
polinesia francesa bora boraEn otros dos lugares próximos al pueblo se encuentran los marae Taianapa y Fare Opu, que presentan petroglifos. En la punta sur de Matira comienza la parte de la costa protegida, la más turística de la isla, que cuenta con una fantástica playa y una hermosa laguna. Sobre la colina, a media hora de caminata, las antiguas piezas de artillería del ejército norteamericano apuntando al mar, vigilan todavía este lugar. Pasando la punta Raititi, la carretera se adentra en la majestuosa bahía de Povai, desde donde hay una vista espectacular del pico Otemanu y del motu
Toopua, rematado con un pequeño relieve, que deja aparecer las legendarias “campanas de Hiro”. Esta parte de la costa occidental hasta Vaitape es la más habitada y animada, y en la que se concentran los hoteles y otras actividades deportivas y de ocio.
Por las antiguas carreteras militares se pueden realizar excursiones en 4×4 hasta el interior de la isla. La más conocida es la que comienza en Faanui hacia la bahía Vairau, con parada en la cima, donde la vista abarca hasta las slas vecinas de Raiatea, Tahaa y Maupiti. El otro itinerario transcurre también por el norte de la isla, por las pistas de la Punta Tahití y la línea de la cresta en dirección al monte Popoti, de 249 metros, reconocible por su pico.

La caminata hacia el Pahia

La caminata hacia el Pahia es de un nivel bastante complicado y dura más de tres horas de subida y dos de bajada.
Se sale de Vaitape hasta el pie de los acantilados, a través de los vergeles y de un bosque de “mape”. El camino conduce en medio de grandes espacios de orquídeas salvajes y de helechos arborescentes hacia una primera cima. Finalmente la cresta nos lleva a la cumbre del Pahia de la que, según cuenta la tradición, el dios de la guerra descendió sobre un arco iris. Desde arriba, la panorámica de todas las islas de Sotavento corta el aliento.

La caminata al monte Otemanu

La caminata al monte Otemanu se realiza desde la bahía de Vairau y son más de dos horas de subida. La segunda parte, por pendientes muy empinadas, es difícil por las posibles caídas de piedras. A veces se pueden encontrar cabras salvajes. La entrada de la gruta situada al pie del pico Otemanu impresiona por su tamaño. Anida aquí una colonia de rabihorcados y, desde el interior de la gruta la vista sobre el océano es sorprendente y magnífica.

En la laguna

Las actividades propuestas para realizar en la laguna son muy variadas. Las excursiones en piragua o en catamarán con parada para un picnic en el motu, la visita a las rayas manta o para dar de comer a los tiburones, se han convertido en los grandes clásicos. También se pueden alquilar pequeñas embarcaciones o motos de agua, y barcos ya más grandes con un patrón, para salir a pescar el pez espada en alta mar.

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Tikehau el atolón rosado. Por qué visitar Tikehau?

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Es uno de los atolones más atractivos debido a las playas de arenas rosadas y blancas que rodean las aguas turquesas de su laguna interior. También cobija numerosas colonias de aves que hacen sus nidos en los pequeños motus. Uno de éstos recibe precisamente el nombre de isla de los pájaros.

 

Por qué visitar Tikehau? 
Una inmensa piscina natural Definida por Jacques Cousteau como el atolón más abundante de Tahití y sus islas, su fauna
submarina es verdaderamente única.
La danza de las mantas raya. 

Sólo posee un paso (una interrupción de la barrera coralina), Tuheiva, y es un spot inmejorable para observar el ballet de las mantas rayas, los bancos de barracudas y de atunes, los tiburones grises o de aleta negra y los delfines azules.

La isla de los pájaros
Los pequeños motus de Tikehau albergan numerosas colonias de aves: alcatraces de patas rojas, gaviotines crestados y grises azulados.

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Agradables paseos
Perderse por la graciosa aldea de Tuherahera, entre hileras de cocoteros, buganvillas e hibiscos.
Un Spa ubicado en un bosque de cocoteros
El renombrado centro Manea Spa está ubicado en un resort de lujo, en un entorno donde la arquitectura y la naturaleza se mezclan armoniosamente.
Transporte aéreo diario
se encuentra a sólo 1h30min de vuelo de Tahití. También dispone de y un acceso marítimo regular.
Qué ver en Tikehau? Colonias de pájaro

Tikeau alberga numerosas colonias de pájaros refugiados en sus pequeños motu, entre ellos “la isla de los pájaros”, de alto interés natural y zoológico.

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TOUR DE LA ISLA
Situado a 300 km al noroeste de Tahití y a una decena de kilómetros de Rangiroa, este atolón de forma ovalada cuenta con un largo paso y una serie de islotes, de los cuales el más grande está Tikehau el atolón rosado habitado. El encantador pueblo florido de Tuherahera está construido al sur de este gran motu, y se completa con otros dos: Tuheiava, importante centro de pesca, y Maiai.

 

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